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Resident Evil 7 tiene dos DLC principales: No soy un héroe y El fin de Zoe, acompañados de dos historias cortas a modo de precuela y dos modos arcade. Yendo al grano: No soy un héroe es básicamente necesario para entender lo que pasó justo después de la historia principal y para entender cómo se enlazan los eventos con Resident Evil 8; además es gratis, así que lo recomiendo jugar tan pronto como podáis. El fin de Zoe es un poco opcional, y si no queréis gastaros el dinero, tampoco pasa nada, no os quedaréis sin saber nada crucial para el siguiente juego.
Pega a tus enemigos como pegas a las rocas
No soy un héroe está protagonizado por nuestro abofetarrocas favorito Chris Redfield, si bien con un diseño un tanto distinto. En él perseguimos a Lucas Baker, el último miembro de la familia, que huyó después de los acontecimientos con Ethan. Ha contactado con una misteriosa organización para extraerle y nuestro cometido es aprisionarlo vivo para que nos dé respuestas.
No soy un héroe está mucho más orientado a la acción que la historia principal, con más enemigos por encuentro pero sin sacrificar nada de la tensión y dificultad de la historia de Ethan. De hecho, la jugabilidad de este DLC me gustó bastante más que la principal; pienso que las mecánicas de shooter del juego principal se usaron muy poquito debido a su naturaleza de survival horror de la vieja escuela. No quiero decir que la campaña principal sea mala, ni mucho menos, es muy buena, tan solo hablo un poco desde mi gusto personal.
En él visitaremos distintas zonas desde una zona central donde volveremos a guardar la partida y comprar distintas mejoras con monedas antiguas. Este DLC introduce nuevos enemigos con mecánicas nuevas, nuevos jefes, y un sistema de mejoras para nuestro casco que nos permitirá acceder a zonas nuevas. Si os gustó el juego original, jugar a este es básicamente necesario, tanto por lo divertido que es como para continuar la historia que se quedó un poco a medias en el original.
Pega a tus enemigos con aún más brío
El fin de Zoe ocurre justo después de No soy un héroe, y jugaremos como Joe Baker, el hermano de Jack; Joe vive en el pantano, aislado y, a decir verdad, siendo un poco paranoico con el gobierno. Joe encuentra a dos miembros del equipo de Chris intentando ayudar a una Zoe inconsciente e infectada por el hongo, así que Joe tendrá que encontrar una cura para salvarla a lo largo de su historia.
En términos de mecánicas, Joe usa un arma un tanto extraña: sus puños. Sí, Joe se pasa esta campaña cargándose a monstruos con sus puños, así de loco todo. Para este fin Capcom ha añadido un sistema de combos y de sigilo cuerpo a cuerpo que, la verdad, es bastante divertido. Más adelante encontraréis lanzas, minas y… bueno, un arma un tanto spoiler que no comentaré, pero vaya que es divertida.
El fin de Zoe es muy, muy entretenido y lo recomiendo mucho, pero si solo queréis seguir la historia y continuar con Resident Evil 8, no es en absoluto necesario jugarlo. Joe es un personaje con mucho carisma al que merece la pena encarnar, y su historia es entretenida aunque un tanto opcional en la saga.
Diversión arcade y precuelas
En cuanto al resto de modos, tenemos dos minijuegos: uno con puzles y otro con cartas, ambos son precuelas que cuentan un poco qué pasó antes de que Ethan llegara a la casa. Son totalmente opcionales pero si os gustan los puzles, están bien. Aparte tenemos tres modos arcade: en uno hemos de sobrevivir una noche entera contra un montón de mohosos y Jack mientras mejoramos nuestras armas y demás. Tiene un sistema persistente de desbloqueos y, conforme ganamos puntos, aunque muramos, iremos consiguiendo nuevo equipamiento. Es muy entretenido y es bastante rejugable, la verdad.
En el otro modo arcade tendremos que superar varios niveles en los que deberemos llevar comida a Jack por su cumpleaños. Funciona muy parecido a Los Mercenarios en otros Resident Evil si estáis familiarizados con ese modo: disparar a los enemigos da puntos y para el contador de tiempo. Bastante entretenido también. El tercer modo arcade es un tanto loco: el modo Ethan debe morir, en que tendremos muy poca vida y deberemos llegar hasta una parte de la casa y derrotar a un jefe sin guardar la partida. Un modo para los más hardcore, muy complicado.
Y, bueno, el último modo es una precuela en la que jugaremos con Zoe y veremos cómo poco a poco la familia Baker se infecta y pierde la cabeza; tiene varios finales y es un tanto rejugable también.
En definitiva, recomiendo encarecidamente jugar No soy un héroe para entender la historia bien y enlazarla con el resto de la saga, aparte de tener unas mecánicas muy interesantes, con el resto siendo decentes pero totalmente opcionales a menos que de verdad os haya gustado mucho y queráis más Resident Evil 7; lo cual está muy bien, ya que No soy un héroe es gratis. Lo que también es gratis es ver este review de Resident Evil 4 Remake de aquí.
Me gusta mucho