Esta es la versión escrita de este vídeo:
Resident Evil 8 es un buen juego que no tengo problema en recomendar; su único, digamos, pecado, es que vive a la sombra de Resident Evil 4, que es básicamente una obra maestra. ¿No me créeis? Jugabilidad más centrada en la acción, los enemigos sueltan objetos al morir, hay un monstruo en el lago, tesoros que encontrar, un buhonero, un pueblo, un castillo y todo ocurre en una zona rural de Europa.
Así que sí, Resident Evil 8 copia al 4, cosa de la que no me quejo, porque más juegos deberían copiarlo; el problema está en que el combate no es tan profundo como en el cuarto. Se nota la ausencia del control de masas que es el cuerpo a cuerpo, más allá de cubrirnos, que es una forma peor de este. Como no hay control de masas, hay pocos enemigos, lo que lo hace un poco más aburrido, y las secciones de terror, aunque están bien, pierden encanto al repetirlas, mientras que en Resident Evil 4 cuanto más lo repites, más gusta. Hay demasiadas secciones cinemáticas completamente guiadas, en plan Call of Duty, que duran demasiado y quitan tiempo en el que se podría estar jugando. Y, no son malas, pero no tienen ese buen ritmo que tenía Resident Evil 4.
En cualquier caso, la jugabilidad es como en el cuarto: investigas un mapa más o menos libremente, aunque es bastante más lineal que en Resident Evil 4, encontrando tesoros para comprar armas y equipo mientras que vas a por el siguiente McGuffin para continuar la historia. Una fórmula que funciona, vaya. Mi mayor problema con esto, quizá, es que las armas en Resident Evil Village no están equilibradas: la nueva pistola siempre va a ser mejor que la anterior. Y eso no me gusta: una de las razones por las que Resident Evil 4 es tan bueno es porque dejaba al jugador muchas opciones y daba rejugabilidad. ¿Quién no se lo ha vuelto a pasar para ver qué tal es la pistola inicial al mejorarse al máximo, por ejemplo?
En cuanto a la historia, es una continuación directa de lo que vimos en el juego anterior. Ethan y Mia acabaron en protección de testigos en Rumanía, protegidos por la BSAA de Chris Redfield; ambos tienen una hija que, al principio del juego es secuestrada, y que, como Ethan, debemos recuperar. En su búsqueda llegaremos a un pueblo que da el nombre al juego, y de ahí hemos de luchar contra los cuatro señores con poderes sobrenaturales que lo gobiernan. Es una historia entretenida, pero que tiene algunos agujeros de guión bastante gordos. En particular, Chris y Mia saben desde el principio del juego unos hechos que, perfectamente, podrían habérselos contado a Ethan y haber ahorrado un montón de problemas y sinsentidos en la trama. Pero bueno, aparte de eso, es una historia bastante entretenida y que disfruté bastante. El guión cumple y tiene algunas frases que se te quedan en la cabeza.
Tanto los gráficos como el diseño artístico de Resident Evil: Village son espectaculares. Normalmente los Resident Evil se ven muy bien, pero este bien podría ser el mejor de la saga en ese sentido. Hay una enorme variedad de zonas con un cuidado detalle; unas vistas que quitan el hipo, como la fachada de la Casa Beneviento. El detalle de los interiores no se queda corto, se nota que se diseñó con la primera persona en mente. Hay una clara dirección artística inspirada en los monstruos del folklore clásico europeo, como los hombres lobo y los vampiros, y, por alguna razón, funciona muy bien con la ciencia ficción de Resident Evil.
En cuanto a la música, es bastante decente… cuando suena. No sé por qué, hay una tendencia en los últimos juegos de Capcom de reducir la música durante la jugabilidad excepto en ciertos momentos. En el remake de Resident Evil 4 sí que hemos visto que han cambiado esto un poco, pero en los anteriores se echa de menos música que dé tensión a la jugabilidad más allá de en momentos puntuales. Los juegos originales siempre destacaron por una gran banda sonora de fondo, por lo que he de mencionarlo.
Resident Evil: Village recibió una expansión, llamada “La Expansión de los Winters”, con una historia original en el futuro sobre qué ocurre con la hija de Ethan. Tiene una duración de unas tres o cuatro horas y he de decir que la historia es bastante interesante y si queréis saber qué pasa después de la campaña principal, deberíais jugarla. Su jugabilidad es más cercana a los Resident Evil clásicos con más survival horror, es más sobre huir que luchar, en lugar de ser una mezcla de los dos como en la campaña. También tiene algunos de los problemas de la campaña principal, como es abusar de las secciones cinemáticas, pero en cualquier caso es muy entretenida y muy recomendable; más todavía porque amplía el modo Mercenarios.
Mercenarios es un modo arcade en el que debemos atravesar una sección del juego principal contra muchos monstruos y, dependiendo de cómo lo hagamos, tendremos más o menos puntos. Podremos mejorar nuestras armas durante cada partida, pero al ir a la siguiente no podremos conservarlas. Sin embargo, sí podremos conservar ciertos desbloqueos, como nuevas habilidades que aparecerán como potenciadores en el mapa en plan Doom. Aparte, hay varios personajes a elegir con sus propias maneras de jugar. La expansión de los Winters añade a Chris, Lady Dimitrescu y Heisenberg junto a Ethan, y varios mapas más. Este modo os puede dar muchas, muchas horas de juego, y nos permite desbloquear el sable láser para la campaña principal y varias mejoras exclusivas para casi todas las armas. Es un modo extremadamente interesante y que os picará a conseguir más y más puntos; está muy bien diseñado, y supera con creces los modos extra que tuvimos en Resident Evil 7. Ojalá más juegos tuvieran contenido extra tan bueno como este Mercenarios, de verdad, es muy entretenido.
Si queréis más contenido extra, no olvidéis que aquí tengo el análisis del Resident Evil anterior.