Con Arcane estamos ante la primera adaptación sobresaliente de un videojuego al medio del cine. Concretamente en el formato de serie. Ha sido un camino largo, desde las infames Street Fighter, Super Mario Bros o Final Fantasy: La Fuerza Interior, las un poco más entrañables Warcraft, Prince of Persia o Monster Hunter, y las notables Detective Pikachu o Sonic. Lejos queda hoy la sombra de Uwe Boll. Al final, todo ha servido para llegar hasta aquí.
Estamos ante un producto que funciona por sí solo, Arcane no requiere haber jugado al videojuego en el que se basa para apreciarlo. Riot y Fortiche no se querían quedar en simplemente contentar al fan del videojuego con explosiones y lucecitas sino querían llevar su universo a más gente, con un producto de mayor calidad.
Yo mismo no conocía mucho de Riot más que sigue con una demanda por acoso sexual y discriminación de género aun sin resolver y su videojuego League of Legends, por que se basada en los personajes de Warcraft y muchas otras licencias de la cultura pop actual del videojuego. De hecho, precisamente por su inicial falta de identidad era un primer rechazo a su producto. Aquí Riot ha sabido jugar bien sus cartas y ha querido jugar en otro terreno, por lo que toca dejar de hablar de videojuegos para hablar esta vez de cine:
No quiero que esto sea muy extenso por lo que voy a hablar sobre dos caras de una misma moneda: la estructura y el contenido narrativo. Aspectos fundamentales del guion, el plato fuerte de Arcane.
Arcane y su estructura narrativa:
La estructura es el esqueleto de la serie, viene a reflejar cómo y cuándo se desarrollará. Arcane, siguiendo la estela que marcó Lost en 2010, es un tipo de serie un poco más cercano al cine al querer contar algo en un espacio de metraje determinado y no tanto el hacer episodios más fijos u homogéneos para ganar continuidad, siendo el éxito quien dictamina si habrá o no más episodios, como lo sería The Office.
Arcane está pensado para ser nueve episodios. Al tener un espacio de metraje claro, Arcane consigue dar a sus episodios mayor fuerza narrativa. En este caso, Arcane se basa en la clásica estructura en tres actos: planteamiento, desarrollo y resolución. Pero tiene truco. Y esto me lleva a comentaros otra técnica narrativa primero.
En Japón hay un concepto sobre el ritmo llamado Jo-Ha-Kyû. A pesar de ser un concepto inicialmente sobre la puesta en escena teatral, influye a cualquier narrativa en movimiento. Se puede ver en multitud de medios, incluido el cine. Un ejemplo donde se usa mucho es en el comic de One Piece.
El Jo-Ha-Kyû se parece a la estructura narrativa que conocemos nosotros en tres actos, pero con la diferencia importante de que viene a explicar más la oscilación del ritmo a pequeña escala en la escena. Lo más interesante es que es escalable, puedes explicar desde una escena hasta un acto como el planteamiento hasta la película entera. Su simpleza hace que puedas entender el ritmo tanto en pequeña como gran escala.
No es casualidad que Arcane se haya presentado como una serie de nueve episodios, pero ofreciendo tres episodios cada semana. A ese conjunto de episodios los llamamos actos. Cada acto tiene sus temas, sus conflictos y sus resoluciones. Y a su vez, cada episodio dentro del acto se puede entender como un planteamiento, un desarrollo y una resolución, a la vez que sigue el patrón del Jo-Ha-Kyû. Podemos ver similitudes en el ritmo entre los episodios uno, cuatro y siete, siendo estos los que inician los actos. También en dos, cinco y ocho que son los episodios que actuan de desarrollo y por último en tres, seis y nueve como resoluciones.
Y a pesar de todo, podemos ver como el conjunto de actos sigue el mismo patrón: el planteamiento es el acto uno, el desarrollo es el acto dos y finalmente el acto tres hace de resolución, esto es gracias a que se mantiene el ritmo Jo-Ha-Kyû en todo momento. Entramos en el juego que nos propone el primer episodio y nunca deja de estar presente hasta los créditos del noveno episodio.
Arcane: Guion y personajes:
Lo que hace a un personaje que funcione no son las vueltas de campana que le puedes dar antes de tocar tierra. Lo hace como este aprende, crece y evoluciona al encontrar un problema. Como falla, como las consecuencias que le rodean le afectan a él. Cuando todo el personaje está en armonía con el mundo, es el mundo quien interactúa con él, y no es el personaje quien tira del propio argumento.
Un ejemplo claro de cómo no funcionan los personajes es Avengers: La era de Ultrón, donde constantemente el grupo protagonista tiene que poner de su parte para que la trama siga, por que esta simplemente no funciona. Y por otro lado tenemos Avengers: Infinity War, donde los protagonistas siempre actúan como consecuencia de las situaciones que están viviendo, tomando decisiones y reaccionando.
Arcane presenta un elenco de personajes principales distintos entre sí, realmente simples desde el punto de vista del espectador, pero el metraje ofrece suficiente tiempo para verlos relacionarse, aprender y entenderlos. Una vez tenemos unos personajes definidos, son los personajes los que reaccionan a las situaciones, al mundo, a los conflictos que aparecen cuando dos objetivos se oponen.
El elenco de personajes ofrece distintos puntos de vista y muchas veces se crea un pequeño conflicto entre ellos, donde tienen que trabajar y entender a los demás para poder seguir. Una de las facetas que refuerzan aún más a los personajes, es que los ves fallar, dudar, equivocarse y caer. Pero aun así, cada personaje tiene su propio arco y objetivos personales que van evolucionando y resolviéndose en cada acto.
Arcane presenta varias líneas argumentales, pero siempre dentro del mismo arco argumental que presenta la serie. gracias a tener una estructura tan trabajada, le ayuda a reforzar la temática de cada episodio, haciendo que cada acto ofrece aspectos únicos:
El primer acto se centra en los personajes y cómo un mundo que no conocemos afecta a su estilo de vida y personalidad. Y a su vez, mostrándolo, no contándolo al espectador.
El segundo acto se centra en desarrollar la ciudad donde los personajes principales se mueven y deja a los personajes más libres, estos viajan por las zonas, aprendiendo tanto el personaje como el espectador sobre aspectos más profundos de la región como la política y la sociedad.
Y finalmente es el tercer acto donde habla de consecuencias. Consecuencias de haber elegido estos caminos. Qué deparará el futuro de la región por su evolución política y social, y cómo esto afectaría a otras regiones.
Especial mención al trabajo que ha habido detrás para no caer en el recurso fácil del fan-service por el fan-service. Cada elemento similar del juego trae una carga narrativa detrás totalmente propia de la serie.
Entonces, ¿Por qué funciona Arcane?
Porque la forma debe ir subordinada al contenido. Un guion sin fisuras: la estructura que tiene la serie, maximiza los puntos fuertes del guion: los personajes. Y es presentado con la forma de un apartado técnico que da miedo pensar la factura que pudo tener, tanto en el apartado visual de Fortiche, como el apartado sonoro, que no se queda atrás: temas musicales de Imagine Dragons (aunque empiezan a sonar demasiado similares ya), doblaje a la altura con Ella Pumell, Katie Leung, J. B. Blanc y Hailee Steinfeld. No descuida ningún apartado, y aun así, es el guion el que hace la magia. ¿Qué podemos esperar en una segunda temporada? Que sigan así.
Arcane es una lección a la industria del cine de cómo adaptar un videojuego: No hay que inventar la rueda, tan solo tienes que hacerla redonda, muy redonda, y entonces rueda sola.
PD: Y si os ha gustado saber un poco cómo surge la magia en el cine y en las series, siempre podéis pasaros por el canal de Youtube de un amigo mío donde enseña con ejemplos actuales las bases de las técnicas cinematográficas que se usan actualmente en el cine y series. ¡No es publi gratis, es que sino tendría que seguir con 15 páginas más de artículo y él está trabajando en un vídeo sobre Arcane, más didáctico para comentar más allá del guion! Por cierto, ¿Habías oído hablar de Endwalker?