Activision Blizzard sufre uno de sus mayores umbrales como empresa. La reciente revelación de casos de abuso y acoso contra las mujeres ha suscitado investigaciones en estos últimos meses por parte de la Justicia del Estado de California. Si bien hace dos semanas, tanto la plantilla, como el resto de la población, se hacían eco de la noticia de la existencia de múltiples casos de acoso sexual, salarios desiguales y otro tipo de represalias dirigidas hacia las trabajadoras, no empezó la oleada de dimisiones hasta hace menos de una semana.
Consecuencias sociales ocasionadas por la demanda
Si bien sentó como un jarro de agua fría para todo el personal de la marca dueña de juegos como Overwatch, World of Warcraft o Hearthstone entre otros, no se quedaron indiferentes. Durante los días posteriores la corporación ordenó la detención total del desarrollo de todos sus títulos. Los empleados salieron en motivo de huelga y manifestación a la entrada de las oficinas de Irvine, California. Además, todos los empleados con Twitter, utilizaron el hashtag #ActiBlizzWalkOut en símbolo de protesta ante estas desigualdades.
Una semana y media después de lo sucedido, se reanuda el desarrollo de los juegos y coincide con el comienzo de sus competiciones oficiales de deportes electrónicos, la Arena World Championship y la próxima semana el Mythic Dungeon International.
Consecuencias económicas y empresariales en la compañía norteamericana
En un principio, las acciones en la NASDAQ no se vieron muy afectadas por estas acusaciones. La caída real empezó cuando muchos de los miembros de la compañía, tales como el presidente, la directora de Recursos Humanos, y algún desarrollador, empezaron a dimitir. En el mundo empresarial, y sobre todo en Wall Street, renuncias es sinónimo de inestabilidad, y se pudo ver a corto plazo. El lunes, 26 de julio el precio por acción de Activision Blizzard rozaba los 91 dólares. En menos de una semana y con su umbral máximo el martes 3 de agosto, se encontraba a poco menos de 80 dólares.
Los grandes accionistas exigieron medidas, y han intentado ejercer presión sobre los altos cargos, que han respondido de manera contundente, sobre todo por parte de Activision. La dueña de Call of Duty, coloca en ese momento a dos personas al cargo. La nueva dirección ejecutiva está representada por Jen Oneal, primera mujer al cargo de esta compañía, y Mike Ybarra, además de Allen Adham como vicepresidente.
J. Allen Brack deja su cargo como presidente de Blizzard
J. Allen Brack, anteriormente productor ejecutivo de World of Warcraft, escaló al máximo cargo de la empresa en 2018 después de que abandonara Mike Morhaime con el fin de fundar su propia compañía, Dreamhaven. El exdirector ejecutivo, en un comunicado de arrepentimiento dijo las siguientes palabras: “Confío en que Jen Oneal y Mike Ybarra proporcionarán el liderazgo que se necesita para llevarla a su máximo potencial y acelerar el ritmo de cambio. Estoy seguro de que lo harán con pasión y entusiasmo y que podemos confiar en ellos para liderar con el máximo nivel de integridad y compromiso con los componentes de nuestra cultura”.
Cabe recalcar, que J. Allen Brack no abandona explícitamente debido a las denuncias, pues no lo menciona, pero se puede deducir del contexto de sus palabras. Asimismo, la situación viene agravada debido al cierre de las oficinas de Versalles, Francia. También por el despido de parte del equipo de Esports en Europa, por el despido del 8 % del personal, perteneciente al apartado administrativo, y a un cúmulo de situaciones que no gustan a la opinión popular, pero que sin duda se debe a una reestructuración interna.