Especial 15 Aniversario | Mi primera vez en WoW ● Storkos

Especial 15 aniversario WoW, mi primera vez ● Storkos

He pasado tantas cosas en este mundo que voy a aprovechar este especial 15 aniversario para contaros mi primera vez como Storkos en WoW. Y es que en Azeroth puedes vivir de todo, llega un punto en que WoW deja de ser un simple juego y comienza a ser, seguro que me entendéis, “EL juego”. Es diferente, tiene esa aura, esa capacidad de aportar bienestar cuando tu día ha sido malo, eso y mucho más es World of Warcraft, os contaré por que, tras quince años sigue siendo, para mí, mi juego predilecto.

Tras años jugando a su predecesor en cuanto a historia, Warcraft III, la contínua presencia de más y más conocidos y cercanos uniéndose a las filas de la Horda y de la Alianza hizo que me esforzase por convencer a mis padres de pagar la mensualidad. Que aunque hoy en día todo es a base de suscripciones, hace más de 10 años no era tan común. Mucho menos si tenías trece años como yo. Fue así como el año 2011, comencé mis aventuras por Azeroth, en la expansión Cataclysm.

Aunque me sumergí rápidamente en ese fantástico mundo, mi objetivo era otro desde un principio, quería conocer al Rey, a la (para mi) mayor insignia de este gran juego, el Rey Exánime. Estuve varias horas ese día preguntando e investigando la mejor y más rápida manera de subir mi “primer” personaje (un dummy prácticamente). Entonces empecé a subir de nivel, un orco cazador llamado Orbur, hasta el nivel 55, en el cual creé a mi personaje principal hasta día de hoy, mi caballero de la muerte, Storkos (el cual ha pasado por quirófano varias veces, desde humano, hasta orco, pasando por incluso un elfo de la noche).

Especial 15 Aniversario

El primer personaje, mi primera vez en Azeroth

No os voy a engañar, al principio era la peste como jugador en teclado. Siempre fui jugador de consola y tener que usar quinientos botones me freía los sesos, por eso (perdonadme por lo que voy a decir), fui clicker durante casi un año. Fue duro, no voy a negarlo, cuando ya me enseñaron a coger habilidad con el teclado y el ratón, el juego parecía otro obviamente. Y sí, me sentí un verdadero inútil. Desde un principio, mis compañías me metieron de lleno en el JcJ, de ahí mi frustración, pero gracias a ello hoy sigue siendo uno de mis pasatiempos preferidos. Aunque siempre he andado asesinando a la facción contraria por diversión, paseando por el basto mundo de Azeroth y subiendo personajes por placer y hacer nuevas misiones, no fue hasta el año 2014 que yo empecé a jugar enserio, con otros fines, sí, Warlords of Draenor.

Una expansión muy infravalorada desde mi humilde opinión. Comprendiendo que aquel larguísimo año sin contenido tras el parche 6.2 hiciese montar en cólera a la comunidad, a mi, me vino de perlas. Ya que como muchos otros jugadores, mis comienzos fueron intermitentes abandonando y volviendo a WoW una y otra vez, hasta WoD. Momento en el cual éste juego me atrapó para siempre. Comentaba lo del parche por que fue ese año el que me dio tiempo de hacer todas las bandas antiguas, conseguir monturas que deseaba (como Invencible), subir nuevas clases y razas por pura diversión y empezar a centrarme en mejorar como jugador de JcJ.

La primera hermandad, los primeros momentos y mi primera vez faileando en ella

En mi primera hermandad, llamada The Blacklist, conocí mucha gente interesante, otra no tanto (spoiler, acabó en disband). Me llevé muchísimos recuerdos de esa hermandad, quedemos con los buenos, como primera raid. En esta, recuerdo provocar wipe más de diez veces por no saber ni lo que era un addon de banda. Tras instalarlo, continuamos muriendo una y otra vez hasta que el primer jefe cayó y soltó una espada que me encantaba, ahora viene la parte genial de la historia. Veinte personas tirando dados para hacerse con ella y yo protestaba por que quedaba genial con mi transfiguración. Se lió muy parda hasta que conocí el termino “estadísticas” gracias a los incesantes gritos y risas de la hermandad. Podría contar mil historias más acerca de ella, pero no acabaría nunca este artículo.

¿Agente doble? más bien, Lok’tar, pero siempre apoyando a Azeroth

Aunque he jugado en ambos bandos, siempre me sentí más identificado con la Horda que con la Alianza. En ella, pasé por lo menos los dos primeros años que estuve en WoW. Mis amigos, familiares y conocidos en el juego que tengo son todos de la Horda, lo cual fue un factor importante a tener en cuenta al querer empezar a jugar con más gente y socializar más, ya que solo me dedicaba por aquel entonces a subir uno y otro personaje, por pura diversión.

Tuve más hermandades con el paso del tiempo pero ninguna duró tanto viva como a mi me habría gustado. World of Warcraft, es más que un juego, es un entorno donde hacer amigos y enfrentarte a situaciones muy divertidas a la par que emocionantes. Como cuando al jefe le queda un 2% de vida y solo quedáis un healer y tú, que eres un DPS. O en casi todos los campos de batalla en los que la gente, se concentra en el centro del mapa a generar una auténtica batalla campal. Esas son las cosas que amo de este juego, que nunca sabes que es lo nuevo que vivirás hoy.

Siempre voy a estar agradecido a Blizzard por crear este gran juego. Éste universo, esta forma de desconectar de tu vida diaria y continuar con la virtual de la mejor manera posible. Si sois jugadores de World of Warcraft, continuad en él. Si sois nuevos, envidio la sensación que tendréis ahora mismo y si estáis pensando comenzar, coged algunos amigos, y atravesar el Portal Oscuro. Nos vemos en WoW. ¡Por Azeroth! Por 15 años más.

Espero que este “Especial 15 aniversario, mi primera vez en WoW como Storkos” os haya gustado. Gracias por leerlo.

 

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